El impacto social de la pandemia ha modificado nuestras pautas de consumo

La crisis del Covid-19 ha transformado profundamente nuestros hábitos de consumo adoptando la modalidad digital de muchas actividades que antes hacíamos presencialmente.

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Una de las consecuencias directas de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 es que, durante el confinamiento de la población, nuestro comportamiento de consumo y rutinas se han readaptado por completo. Cientos de millones de personas confinadas en casa, pero hiperconectadas como nunca gracias a Internet y los servicios de telecomunicaciones y energía. El impacto social de la pandemia ha transformado nuestros hábitos cotidianos de forma radical, adoptando la modalidad digital de muchas actividades que antes hacíamos presencialmente.

En los últimos meses hemos recurrido de forma masiva a la tecnología no solo para buscar el entretenimiento y desconectar en tiempos difíciles, sino para que millones de estudiantes en nuestro país pudieran seguir recibiendo formación, así como garantizar la continuidad del trabajo de las empresas.

Durante la primera semana del estado de alarma el tráfico de internet creció un 80%, según los datos compartidos por el Gobierno de España. Este crecimiento exponencial, tal y como se explicó en el momento, fue debido a dos factores principales: “La expansión de todas las formas de teletrabajo y el recurso a todas las ofertas de entretenimiento a distancia”.

¿Cuáles han sido las acciones realizadas con más frecuencia durante el confinamiento?

Hacer videollamadas, enviar mensajes de voz y consumir noticias en directo. La rutina ha cambiado, el teletrabajo está a la orden del día y se ha tenido que aprender a gestionar el tiempo libre de una forma diferente. Pero no solo han cambiado nuestras rutinas y hábitos de vida, sino que el comportamiento en Internet y en las redes sociales también se ha visto afectado. De acuerdo con los datos que se desprenden del informe realizado por Hootsuite, plataforma líder en gestión de redes sociales, y que muestran el comportamiento digital de los usuarios durante la crisis del Covid-19, el consumo de noticias en directo es la actividad que más se ha incrementado, con un porcentaje del 43%. Por su parte, enviar mensajes de texto, chatear y usar mensajería instantánea para comunicarnos con familiares y amigos ha aumentado un 34%, mientras que comprar por internet en los supermercados ha subido un 23%.

El mayor generador de contenido en redes sociales ha sido Twitter, aglutinando un 95% de las menciones. Por su parte, el consumo de televisión se ha incrementado un 16%, doblándose su uso entre los niños y registrando también un aumento entre los jóvenes (un 65% entre 13 y 24 años), según datos aportados por la empresa de marketing y comunicación Rebold.

Un nuevo perfil de usuario digital

Como es lógico, el confinamiento ha obligado a los consumidores a reducir las compras de productos y servicios, bien por la imposibilidad de adquirirlos (como es el caso de los locales de hostelería o los centros comerciales), o bien porque las limitaciones en la vida social desincentivan el consumo de algunos productos (cosmética, ropa…). Y es que muchos consumidores tradicionales que se han visto forzados a probar el canal en línea se han dado cuenta de lo cómodo y seguro que resulta realizar compras online o recurrir a las videoconferencias para mantener el contacto con los familiares.

En concreto, el segmento de la población que menos compraba por internet, los mayores de 55-60 años, han sido los que más han necesitado hacerlo, sobre todo los mayores de 70 años, sector más vulnerable a la enfermedad y que por tanto más confinado ha tenido que estar, en muchos casos, además, sin poder contar con la ayuda de sus familiares.

Lo interesante será ver si estos nuevos compradores se acaban fidelizando a la compra online una vez instaurada la “nueva normalidad” tras la crisis sanitaria. Por lo pronto, existe un porcentaje muy representativo de consumidores que ya se han cambiado a los nuevos canales y cuya tendencia de consumo es eminentemente digital.

¿Pervivirá esta aceleración en la digitalización del mundo?

Es la pregunta que nos hacemos todos. El 41% de los españoles cree que los hábitos de consumo cambiarán superada la crisis sanitaria. De hecho, cuando se pregunta a los consumidores qué hará la sociedad en general en relación con el consumo, el 42% cree que todo seguirá igual y el 41% que las cosas cambiarán.

Por su parte, Roel Husiman, consejero delegado de ING España y Portugal, considera que la crisis sanitaria ha puesto de relieve la importancia de una tendencia que “era ya imparable y en la que deberíamos continuar trabajando para fortalecer la economía del país”, como es la tecnología y digitalización. Y es que, tal y como señala el experto, “ante el enorme incremento del uso de los servicios digitales durante el confinamiento, las compañías han tenido que hacer un trabajo a contrarreloj para garantizar el trabajo de forma remota, así como para ofrecer estos servicios digitales a sus clientes”.

Lo que parece claro es que esta crisis marcará un antes y un después en los usos y costumbres de los ciudadanos con respecto a las nuevas tecnologías. Un salto cualitativo en el grado de manejo tecnológico de muchas personas, que ayudará a reducir la desigualdad de conocimientos y habilidades digitales entre la población y contribuirá a hacer nuestra vida más cómoda y eficiente. Y una oportunidad de oro para que las empresas puedan demostrar sus valores y actuar de acuerdo con las expectativas de sus consumidores.

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